La emigración es un proceso difícil para toda la familia, pero los hijos suelen verse más afectados ya que para ellos despojarse de lo conocido es más difícil y genera un impacto emocional más alto.
Debido a eso, es posible que notemos que nuestros hijos no quieren ir al colegio o se encierran en su cuarto largas horas sin querer hablar ni hacer nada.
Los padres muchas veces podemos creer que eso se deba a la migración y no le damos mayor importancia pensando que se le pasará en unos días cuando haga amigos nuevos en el colegio, pero debemos estar muy pendientes ya que esos son los mismos síntomas de cuando el niño está siendo víctima de bullying (acoso).
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Recuerde que de por sí el nuevo en la clase es el raro, el rechazado o el que necesita tiempo para adaptarse, pero si encima de eso es de otra nacionalidad, es posible que el rechazo que reciba sea mucho más alto y si además de lo anterior es un idioma que no conoce o están en un país en el que los niveles de xenofobia, racismo o clasismo son altos, es posible que su hijo sea blanco de ataques.
Cuando vaya a la escuela a buscar o dejar a su hijo esté pendiente de cómo actúan los niños ahí, si escucha a muchos ponerles apodos despectivos a otros, si ve que los más grandes se burlan de los más pequeños o que los atacan físicamente así sea con pequeños empujones o amenazas gestuales, si eso ocurre, prenda las alarmas porque su hijo puede ser uno de los acosados.
La página web holaciudad.com en su artículo titulado: “¿Qué debe hacer un padre cuando a su hijo le hacen bullying?”, por medio de la Organización sin fines de lucro Stopbullying.com lo define como: “un comportamiento no deseado y agresivo, que sucede tanto entre niños como adolescentes, que es repetitivo y que incluye amenazas, rumores, ataques físicos o verbales y la exclusión de alguien de un grupo.”
Un caso muy particular lo representa Estados Unidos, donde un 87 por ciento de los estudiantes han padecido algún episodio de acoso escolar, según lo afirma el Proyecto Anti-Bully. Esto no solo se presenta durante la estadía en el centro educativo sino también en la casa por medio de los mensajes de texto o las diversas redes presentes en los diferentes aparatos electrónicos. A veces tiene repercusiones tan fuertes que han conducido a quienes lo padecen de tomar la mala decisión de suicidarse con la finalidad de escapar definitivamente de este hecho tan bochornoso.
Esta Organización decidió instituir a nivel mundial el 06 de octubre como el Día Mundial para la Prevención del Bullying para recordar a todos los padres, representantes y docentes que deben luchar contra este flagelo, el cual somete e intimida en todas las instituciones educativas de todos los estratos económicos.
Los progenitores han de estar atentos ante cualquiera de las siguientes señales por parte de sus hijos, especialmente si están en una sociedad nueva, cuando ellos están siendo acosados no piden ayuda ni le cuentan a sus padres lo que les está ocurriendo en el centro educativo por miedo a las represalias de las que pueda ser víctima, tanto por parte del compañero abusivo como por temor a que sus padres lo culpen por “no defenderse” o “permitir que otro lo acuse” o que nadie les crea y lo acusen de mentiroso. También, pueden sentirse angustiados o en peligro. Es por ello, que no debemos ignorar estas advertencias y buscar ayuda profesional por medio de un psicólogo.
La página web guiainfantil.com en su apartado que lleva por título: “Papel de los padres frente al acoso escolar”, asevera: “La intervención de los padres, tanto del acosado como del acosador, frente al fenómeno del acoso escolar o bullying es muy necesaria. Estar a uno u otro lado de la barrera es estar en el problema y tan importante es impedir que el acosador siga acosando como que la víctima siga sufriendo acosos.”
Del mismo modo, hay una serie de recomendaciones para eliminar este azote del cual son víctimas todos nuestros niños, a saber:
1) Conversar: Debemos hablar con nuestros hijos sobre el significado del Bullying y si en algún momento son víctimas de él cómo es la mejor forma para superarlo juntos.
2) Pensar: Para ello hemos de hacer reuniones familiares para entre todos buscar la mejor solución.
3) Ayudar: Si en algún momento no nos sentimos capaces para solucionarlo o persiste luego que tratamos solucionar este impase, nuestro deber es seguir los canales regulares, los cuales ahora incluyen buscar auxilio por medio del docente de aula, la coordinadora de seccional, el orientador y en última instancia el director de la escuela o los padres del agresor.
4) Explicar la importancia de la apariencia: Debemos enseñarles sobre el valor que tiene adoptar una postura erguida con los hombros derechos y hacer contacto visual, para de esta manera demostrar seguridad.
Recuerde, el bullying está presente en todas las sociedades, y si un niño puede ser víctima del mismo cuando se encuentra en su país con personas de su misma cultura y características, imagínese en un sitio nuevo donde él es el “raro” del salón de clases.
Al emigrar hay que estar más pendientes que nunca de los niños, porque los padres con todo el estrés que ya tienen encima por la complejidad del proceso migratorio suelen descuidar a sus hijos y darse cuenta de que algo malo está ocurriendo cuando ya es demasiado tarde. No permita que eso le suceda a usted ni a los suyos.
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