Seguramente lo has visualizado: Organizas tus papeles, compras el pasaje, haces las maletas y, cuando por fin estás en Madrid, te asalta la primera duda: «¿y ahora qué hago?» Es lógico. Lo primero que necesitas es un lugar donde llegar y eso es algo que debes haber solucionado mucho antes de montarte en el avión.
Conseguir vivienda en Madrid no es una tarea fácil. Entre tantos requisitos y aspectos que evaluar, te tomará varios días conseguir el piso (apartamento) ideal que se adapte a tus necesidades, gustos y presupuesto. Mientras tanto, necesitas una «base de operaciones» donde descansar y desde donde salir a recorrer y conocer mejor la ciudad.
Cómo no sabes cuántos días podría tomarte la búsqueda, es arriesgado que le pidas a ese amigo de toda la vida que te reciba en su casa; primero por los costos que supondrá para tu anfitrión recibirte durante varios; y después porque en Madrid los pisos suelen ser muy pequeños y probablemente ni siquiera tengas dónde poner todas tus maletas.
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En cualquier caso, si no tienes donde quedarte, tendrás que buscar un hotel y lo bueno es que en Madrid existen de todos los tipos y tamaños. Pero es importantísimo que reserves con tiempo antes de venir, pues la ocupación hotelera suele ser muy alta y si quieres conseguir buenos precios debes hacerlo con antelación, mientras más tiempo, mejor.
A través de páginas puedes conseguir un hotel que reúna lo básico para comenzar con buen pie tu nueva vida en una de las ciudades más impresionantes del mundo: la capital española.
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Ventajas de quedarte en un hotel tus primeros días en Madrid
A primera vista podría parecer que quedarte en casa de tu primo o de ese amigo del colegio con el que jugabas caimaneras de fútbol es lo mejor para esos primeros días en Madrid después de emigrar. La verdad que no todo es color de rosas. Hay muchas cosas que podrías estar pasando por alto. Estas son algunas ventajas de quedarte en un hotel durante esos primeros días en Madrid, mientras consigues piso después de emigrar:
–Puedes descansar cómodamente (lo vas a necesitar después de los días previos al viaje y al viaje como tal). Nada como un colchón cómodo y mucho espacio para dormir después de un viaje agotador y unos preparativos estresantes. Un hotel es ideal para eso.
–Puedes levantarte y acostarte, salir y llegar a la hora que quieras o necesites sin molestar a nadie. Si te quedas en un hotel, te evitas esas incómodas horas que transcurren cuando eres el primero en despertarte en una “casa ajena” o cuando eres el último en hacerlo. Además, si hay otras personas durmiendo quizás no puedas prender las luces o el televisor; ni llegar después de ciertas horas o salir después del respectivo «protocolo» de desayuno, etc.
–Tendrás más privacidad y podrás organizar tu tiempo/agenda sin supeditarte a la disponibilidad de otras personas. Quizás tu anfitrión quiera tener el detalle de acompañarte a buscar piso (¡o a conocer la ciudad!) pero si está trabajando, tiene niños o cualquier otra responsabilidad, no podrá dedicarle a esta actividad las mismas horas que tú. Además, siempre pueden encontrarse en algún sitio cuando él o ella tenga tiempo, sin que implique tener que adaptarte a su rutina.
–Si el hotel está bien ubicado no necesitarás automóvil para desplazarte por la ciudad… ¿Qué tan cerca del centro (o del área que te interesa) está la casa de tu amigo? Podrías tener que gastar más de la cuenta en transporte público si vive en las afueras, o depender de que pueda “acercarte” hasta la parada más cercana cada vez que tengas que salir.
–Podrás darte largas y relajantes duchas con agua caliente; así como cargar tu teléfono móvil u ordenador portátil y utilizar el WiFi, sin ocasionar molestias a nadie. En casa de tu amigo, por cortesía y porque sale más costoso de lo que te imaginas; deberás bañarte rapidito y cargar el teléfono justo lo necesario; a menos que colabores con los gastos e igual tengas que pagar parte de la factura eléctrica.
–Puedes comer lo que quieras cuando quieras. No hablamos de disponibilidad de dinero para grandes bacanales romanos seis veces al día; sino más bien de la cortesía que deberás tener para compartir los gastos de la compra del supermercado y para compartir la mesa con tus anfitriones, de acuerdo a sus gustos y costumbres para comer. Si prefieres comer a tu ritmo, de acuerdo a tus gustos y posibilidades económicas, lo mejor es quedarse en un hotel.
Así que ya lo sabes, quedarte en un hotel no necesariamente significa gastar más. Puedes ahorrar mucho en transporte dependiendo de su ubicación, puedes gastar menos en comida si te ajustas a tu presupuesto, gustos y costumbres, puedes utilizar la electricidad sin generar malestar a nadie y, quizás lo más importante, podrás estar mucho más cómodo y descansar bien después de las largas e intensas jornadas de búsqueda de vivienda que te esperan.
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Eso sí, para poder hacer la reserva necesitarás una tarjeta de crédito válida, y como vas a reservar para pagar a la llegada al establecimiento, podrás usar sin problemas una tarjeta venezolana aunque no sirva en el extranjero, ya que la página sólo necesita un número válido, no intentarán hacer ningún cargo.
Por eso, en InmigrantesEnMadrid.com te recomendamos las dos mejores del mercado:
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