«La organización de los inmigrantes»; por Tomás Castellano (@ViejoCaste)

Es algo incómodo para el inmigrante venezolano sentirse identificado con los Desplazados que en los últimos años han colmado los territorios de Sudamérica, con aquellos que siendo emigrantes, no adquieren la categoría o estatus legal de inmigrantes; sobre todo por el estigma que se inicia con el estatus de refugiado, en países donde no es bien visto este estatus; el cual no es sino una necesidad forzada por la persecución política de la cual se es víctima en Venezuela.

Ciertamente, no es fácil para el común de la gente, manejar las diferencias fundamentales entre desplazados e inmigrantes, sin embargo es algo que se puede intuir fácilmente. Es importante que en estos momentos, los venezolanos comprendan que la diáspora es variada y que todos necesitan de la empatía recíproca que permita superar la tragedia de los venezolanos, la cual ya ha superado los niveles que permiten catalogarla de crisis humanitaria, es algo de dimensiones apocalípticas, porque se trata del exterminio sistemático de una nación, aún sin distingo de preferencias políticas, dado que el hambre y las enfermedades alcanzan por igual a lo no comunistas, como a los comunistas, en venezuela. Sin duda que es contradictorio y generador de ira, ver a tanta gente famélica, enferma, vestida casi en forma harapienta, defendiendo y apoyando al régimen chavista que lo ha llevado a ese estado paupérrimo de vida; y peor aún, justificando la opulencia grosera que exhiben los malandros y los capos enchufados que subyugan al país y lo destruyen. Provoca caerles a trompadas, pero no podemos caer en esa violencia.

Una vez entendido que hay diferentes categorías de migrantes, es importante concientizar que cada categoría requiere de un abordaje diferente, particular, adecuado a sus condiciones. En esta oportunidad nos referiremos a aquellos quienes tienen el firme propósito de establecerse en otro país, que saben que regresar a Venezuela no será nunca una opción para ellos y su familia, pero que también están conscientes de que su aceptación en la sociedad del nuevo destino, no será nunca al cien por ciento, hasta que pasen un par de generaciones, es decir, sus hijos y nietos que nazcan en ese país, son quienes, al ser ya nacionales, se integren completamente con los originarios de esos países, porque el inmigrante será siempre un extranjero en el país que lo recibe y será un extranjero en venezuela.

De allí la pertinencia de organizarse y agruparse en redes de inmigrantes venezolanos. Es cierto que la conseja generalizada dice que si eres inmigrante, es mejor que no te juntes con venezolanos, tal vez tenga su justificación, pero debemos crear redes sinergéticas para ayudarnos entre nosotros a adaptarnos al nuevo país, para ayudarnos a colocarnos en empleos bien pagados, inclusive para establecer grupos de encuentros e intercambios culturales juntamente con los nacionales del país receptor; y para lograr un peso político que permita impulsar legislaciones que beneficien a los venezolanos, leyes que nos permitan el reagrupamiento familiar, para sacar a nuestros familiares y amigos dejados atrás, para quienes es y será cada vez más difícil, salir de venezuela y llegar a otros países. Recuerda que ya casi ninguna aerolínea vuela a Venezuela, que el narco-régimen no entrega pasaportes y que ahorrar un dólar es casi imposible en hiperinflación. La cortina de hierro ya se ha desplegado, las puertas de salida están casi cerradas y el exterminio humano es cada vez más evidente… y los US Marines no van a ir a liberar a Venezuela.

La primera forma de organización que podemos utilizar para crear lazos crecientes, es la organización cultural. Podemos crear grupos para compartir actividades deportivas, música y comidas típicas venezolanas. Para hablar entre nosotros con nuestros acentos y para que nuestros descendientes se enriquezcan culturalmente. De allí podemos pasar a organizar redes de contactos con los nacionales y efectuar intercambios beneficiosos para la interculturalización.

Es necesario que también consideremos la necesidad y oportunidad de organizarnos para impulsar inversiones productivas en el país receptor para crear empleos, pero sobre todo para convertirnos en un grupo influyente en ese país, para que alcancemos peso político suficiente para impulsar una legislación que otorgue mejores condiciones para los inmigrantes venezolanos.

También debemos pensar en salvar a nuestras familias que quieran salir de Venezuela. Ya vemos gente ahogándose en el mar caribe, tratando de huir hacia Aruba y Curazao; muchos inmigrantes presos y abusados en Trinidad, tráfico de personas y trata de blancas en España y Sudamérica. Todos intentando convertirse en inmigrantes y tener un futuro. Sin hablar de los Desplazados, porque estos mantienen su intención de regresar a Venezuela si cambian las condiciones. Las que, en mi opinión, no van a mejorar en los próximos 30 años. Venezuela está imbuida en un gran foso excremental del que no saldrá.

Los esfuerzos para sacar a las bandas delincuenciales que tomaron el poder, no serán eficientes si no hay una toma militar internacional sostenida que elimine físicamente a los delincuentes; porque, lo que se te ocurra se ha convertido en una mafia delincuencial, desde la venta de azúcar, hasta la venta de Coltán; todo, todo es una mafia; aún los canales lícitos deben «pagar vacuna» para operar. En Venezuela, sacar una partida de nacimiento u otorgar un poder, que son los más elementales documentos, son entrabados por la corrupción.

Eso hace necesario que nos organicemos entre inmigrantes, para desconectar nuestras vidas de las bandas delincuenciales de Venezuela y salvar a la nación, es decir a quienes tiene ese pasado común. Debería decir al pueblo, pero «El podrido eterno» prostituyó ese concepto.

La organización es la clave de la salvación de los inmigrantes venezolanos.

Por: Tomás Castellano / @ViejoCaste en Twitter e Instagram