En nuestras páginas solemos publicar todos los artículos de opinión que nos llegan por los diferentes correos habilitados para ello, estemos o no de acuerdo con su contenido. La razón principal (y digamos que única) para no publicar algo es que el contenido del artículo incite al odio, a la violencia o haga llamados a actividades ilegales y contrarias al estado de derecho.
Es así como hemos publicado artículos de la más variopinta gama ideológica y política, pues creemos que todo el mundo tiene derecho a emitir su opinión siempre que lo haga dentro del marco del respeto, y lo hacemos porque creemos en algo que hace mucho nos quitaron en Venezuela: La libertad de opinión y de expresión.
Sin embargo, con mucha preocupación he notado que dentro de cada venezolano parece haber un censurador digno de estar viviendo en la Edad Media; y es que todo el que lee algo con lo que no está de acuerdo, insulta, ofende, menosprecia y le dice de todo, no sólo al autor, sino al medio que lo publica. No voy a decir que en todos, porque eso sería genealizar, pero sí en una gran mayoría existe ese pequeño inquisidor que quiere mandar a la hoguera al que diga algo con lo que no está de acuerdo.
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He visto como personas reportan en nuestros grupos artículos con los que no están de acuerdo, o invitan a todos a “abandonar el grupo”, a bloquearnos, a que nos busquen y nos caigan a golpes; simplemente por publicar un artículo de opinión que muestra una tendencia diferente a la que tienen ellos en la mente.
Otros, al mejor estilo del gobierno chavista, nos “invitan” a sólo publicar información de los temas que ellos consideran que debemos compartir. También están quienes nos insultan porque “no debemos darle cabida” a gente que piense distinto a ellos, porque su versión de la libertad de expresión “está clara” y “no debe permitir que se publiquen” cosas que puedan hacer dudar a la gente, entre miles de cosas similares.
De hecho, una gran cantidad de personas nos acusan de que “sólo hablamos mal de Venezuela”, o de que somos “la página que habla mal de Venezuela”; sólo porque hemos publicado artículos de personas que han sido víctimas de la inseguridad y que han quedado tan traumatizadas que dicen que no volverán al país, o quizás porque publicamos un texto de un chico que, desde que era niño, se sintió fuera de lugar en Venezuela y ahora que emigró sí siente que está donde debería estar, o el otro señor que considera que la Venezuela de antes no volverá y que no es el gobierno sino la sociedad la que la tiene destruida.
Lo que parece que conscientemente obvian es a los que hemos publicado con artículos como “emigré y lo perdí todo”, “Venezuela imposible dejar de estar pendiente de ti”, “o luchamos ahora o perdemos la Patria” o el de la señora que quiere quedarse en Venezuela, pero no sabe si el país tiene esperanza.
Como esos, muchísimos otros, porque nuestra idea es dar visibilidad a todos los puntos de vista, a todas las opiniones, pues consideramos que imponer a otros una forma de pensar es TOTALITARISMO DEL MÁS RANCIO y terrible que puede existir, porque nadie está obligado a amar o sentirse identificado con el sitio en el que nació o creció y, SIEMPRE QUE RESPETE LAS LEYES, los demás deben respetar sus sentimientos. Nadie manda en el corazón.
Obligar a que los demás piensen como tú, es querer vivir en un mundo de fantasías en el que no existe el libre albedrío y tú eres el dictador supremo, el líder máximo que impone a los demás lo que deben pensar y sentir. Eso es, justamente, a lo que nos oponemos. La lucha de los venezolanos que no apoyamos la dictadura debería ser esa, deberíamos pelear porque cada quien tenga su voz, pueda expresar su punto de vista, porque todo el que ame a la Vinotinto lo pueda decir, pero que aquel que no se sienta identificado con ese equipo también tenga posibilidades de expresarlo sin miedo a ser víctima de una lluvia de insultos, porque la libertad y la democracia son justamente eso, la posibilidad de tener un criterio propio y, sobre todo, poder expresarlo sin que lo manden al purgatorio… o a la cárcel.
Por: Enrique Vásquez / @EnriqueVasquez en Twitter e Instagram
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