La estación de Atocha fue la primera que tuvo Madrid. La capital española es una de las urbes con mayor trazado de trenes en toda Europa, y hoy cuenta con decenas de estaciones en las cuales se transportan más de 3 millones de usuarios cada día, según estudios locales. Atocha se inauguró en 1851, y desde entonces ha evolucionado sin parar, hasta ser en este 2016 un punto de encuentro donde convergen dos terminales, el antiguo y el moderno; la primera perteneciente a la red AVE que conforma las líneas de viajes largos, y la segunda a RENFE que mueve el trazado urbano.
Atocha es muy querida por todos los madrileños, no sólo por ser considerada como la Gran Estación, muy al estilo de los neoyorquinos, sino también después de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, cuando dos bombas detonadas causaron horror, desesperación y muertos; marcando a todo un país e iniciando una oleada de eventos extremistas por Europa que siguen latentes, pero que son combatidos con la mayor firmeza de la población con el objetivo de erradicarlos para siempre.
Estos son algunos datos que quizás no conozcas de la Estación de Atocha:
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En sus comienzos fungió como un embarcadero privado. Después de muchos años fue nacionalizada e integrada al sistema ferroviario nacional.
Los primeros usuarios eran quienes pertenecían a la Casa Real.
La plazoleta de la estación se llama Emperador Carlos V.
El primer tren partió con destino a Aranjuez. Ese trayecto bastó para que se le conociese como el “Tren de la Fresa”.
A finales del siglo XIX se concretó un proyecto más innovador para darle una mayor presencia a la estación; uno de los colaboradores para ese entonces estuvo también involucrado en la construcción de la Torre Eiffel.
Está considerada como una edificación de estilo ecléctica.
Se le conocía al principio como estación Mediodía.
Durante la Guerra Civil los republicanos la utilizaron como una cárcel improvisada durante la contienda.
Fue remodelada cien años después de su construcción, y con éste nuevo panorama se pudo activar la línea Madrid-Sevilla.
Su jardín tropical, que se le llama Moneo, está conformado por unas 500 especies. Sólo en plantas se cuentan 7000.
Curiosamente en el jardín muchas personas abandonan tortugas en las lagunas artificiales. En la actualidad se pasean por doquier.
El reloj más grande de la ciudad es el de la Estación de Atocha, aunque muchos madrileños crean que es el que está en la famosa Puerta del Sol.
La estación es un gran espacio para exhibición de esculturas.
Dos obras del estupendo artista Antonio López adornan la edificación, “Día y Noche”, en la mañana la cara brinda la bienvenida a los viajeros, mientras que en las noches los ojos se cierran para descansar. Las esculturas miden más de 3 metros de altura.
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