Madricuchos ofrece tequeños al mayor y detal de excelente calidad en Madrid

Tequeños… Solo de mencionarlos se nos hace agua la boca. Ahora que lo pienso, si hay algo en lo que todos los venezolanos podríamos estar de acuerdo, es precisamente en el gusto por este rico «pasapalo» frito relleno tradicionalmente de queso blanco.

Los comemos desde que somos niños; a la salida de la escuela o en el cine. Ya de adultos, se vuelven imprescindibles. «Yo vine por los tequeños», escuché decir varias veces en las fiestas de matrimonio… y nunca faltaban los osados que abordaban al diligente mesonero durante toda la noche: «Cuando salgan los tequeños, pasas por aquí primero mi pana».

Puede parecer obvio pero, cuando emigramos, los sabores de nuestra tierra se revelan como seña de identidad. Para nadie es un secreto que los comportamientos alimentarios se generan, precisamente, en el marco de las sociedades que los producen y, cuando tenemos oportunidad de recrearlos a miles de kilómetros de distancia; sentimos que estamos un poquito más cerca de Venezuela.

Por eso, comer tequeños en Madrid se ha vuelto un acto religioso. A la gloria de la arepa, la empanada y la cachapa se suma esta delicia de trigo, que tanta receptividad tiene, no solo entre venezolanos, sino entre los exigentes comensales españoles; que ya los han saboreado como tapa o aperitivo.

Sin embargo, no todos los restaurantes dominan la técnica artesana del buen tequeño. De cara a esa necesidad, una familia venezolana que llegó a la capital española en el 2013 puso en funcionamiento una fábrica de tequeños con capacidad para atender pedidos de miles de unidades en un día y enviarlos a toda la península.

Los Finol emigraron en familia desde la cálida Maracaibo hasta la vibrante Madrid y, abrazados a la idea de garantizar un futuro mejor para sus padres y sus hijos, levantaron Madricuchos, una empresa ubicada en Moraleja de Enmedio, desde donde venden al sector restauración y para particulares al mayor.

Además, para alegría de quienes soñamos despiertos con tequeños recién hechos y su respectiva malta, Frescolita o zumo natural; en diciembre de 2017 abrieron una tequeñería en el puesto 66 del Mercado de Las Maravillas (calle Bravo Murillo, 122).

Hasta allá fuimos para conocer a Don Hugo Finol, el patriarca de la familia, y dos de sus hijas: Katty y Ana Cecilia. También probamos los tequeños y nos en-can-ta-ron. «Somos ocho personas, once si contamos a los niños; y entre nosotros hay médicos, ingenieros, contadores, periodistas», relata Ana. «Todo nuestro capital de vida está invertido en este proyecto. Hemos orientado nuestros esfuerzos físicos, talentos y capacidades en este negocio».

La verdad sea dicha, los tequeños de Madricuchos son jugosos, bien rellenos y con una textura deliciosa. Con evidente satisfacción por el excelente resultado y presentación de sus productos, Katty nos habló del esfuerzo que han realizado para ofrecer un precio competitivo sin sacrificar la calidad. Utilizan materia prima española y someten su elaboración artesanal a los más estrictos controles sanitarios.

En la tequeñería se ofrecen los mismos sabores de tequeños que se pueden comprar al mayor en la fábrica: queso blanco, jamón y queso, guayaba y queso, chorizo ibérico y chocolate. Por si fuera poco, también venden zumos naturales (¡el de guanábana está fenomenal!), mandocas y pastelitos (el de carne, que Dios lo guarde).

Para comunicarse con la fábrica de tequeños, los interesados pueden llamar al teléfono 605483075. La atención personal se realiza de lunes a viernes, de 9am a 5pm con cita previa. Para deleitarse en la tequeñería basta con visitar el Mercado de Las Maravillas de lunes a viernes, de 9am a 2pm y de 5pm a 8pm. Los invitamos a seguirlos en sus redes sociales: Facebook e Instagram.

Escrito por: María José Flores para InmigrantesEnMadrid.com