Como muchas otras ciudades europeas, Madrid posee un clima cambiante. En la capital española, las cuatro estaciones están presentes en el transcurso del año, y su clima se explica como parte de la clasificación de Mediterráneo típico, aunque con menos precipitaciones y un calor que no sobrepasa los 39°. Sin embargo, el invierno y verano son muy marcados, por ello, enfrentarlos requiere una buena preparación por parte de los ciudadanos.
Cómo prepararte para el clima de Madrid
Pero a pesar de estar en invierno o en plena primavera, siempre podrás observar un cielo despejado en Madrid, apuntalado por los grandes árboles y sostenido en jardines amplios que evocan las ganas de caminar esta hermosa ciudad siempre.
Es cierto que se debe entender que hay mucha diferencia entre cada estación climática del año, pero puede suceder que durante la época de lluvias, al final de la tarde la temperatura aumente, y en menos de dos horas llegue a descender nuevamente; ello sucede por la gran distancia que existe entre el mar y Madrid; una de las zonas de la ciudad donde este fenómeno puede ser sentido con más fuerza es la periferia céntrica, donde hay una mayor elevación del suelo.
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La zona extrarradio al noroeste de Madrid presenta durante el invierno bajadas de temperaturas por las noches que pueden llegar hasta los menos 5°. Los meses entre octubre y enero el clima es muy inestable, las precipitaciones son casi a diario, pero no con gran volumen, sólo en octubre los niveles de agua pueden sobrepasar la media de 50 y 60 mm, de la anual que se sitúa en 400 mm; específicamente en Madrid los inviernos son más secos que sus poblaciones circundantes como Getafe. A pesar de la entrada del clima veraniego entre junio y julio se presenta mucha nubosidad con algunos torrenciales distanciados en días, que se evaporan rápidamente pudiendo subir el termómetro hasta los 32° que entra en la media de esos meses.
Para finales de julio y hasta principio de septiembre el verano es la mayor atracción en Madrid, aunque muchos salen de la ciudad en ese tiempo de vacaciones escolares. Los madrileños aprovechan la oportunidad para escaparse especialmente hacia la costa, siendo Benidorm una de las ciudades más visitadas, por estar relativamente más cerca. Las temperaturas durante la temporada más calurosa oscilan entre los 25 y 41°, con unas noches despejadas, perfectas para el goce de la diversión al aire libre.
Entre enero y mayo la primavera es el “top”, momento en el cual la metrópolis reverdece y el entorno se vuelve colorido. A finales de enero es posible que haya algunas nevadas, llevando la temperatura rozar los menos 3° especialmente al caer la tarde. Se estima que en Madrid anualmente caigan unas cinco o seis nevadas, y es que su invierno es más seco que en otras partes, presentando una elevada humedad.
Recomendaciones
Durante el otoño usted puede disfrutar absolutamente de Madrid sin casi preocuparse si habrá algún chubasco imprevisto, o una ola de frío. El clima entre septiembre y diciembre es muy privilegiado, por ello, usar la ropa habitual es la media, además que se puede hacer viajes por toda España, pues, aún en el norte las temperaturas serán benévolas.
En el invierno es indispensable la utilización de abrigos sobre todo durante las noches despejadas. El frío es muy denso. También el calzado es muy importante, no hay que olvidar las botas, pero sí esos zapatos no tan apretados o gruesos.
En el otoño las personas tienden a desvelarse más y sienten algún tipo de depresión, en ese caso, y con un clima perfecto, es un buen momento para ejercitar el cuerpo, dormir todo lo que se pueda y aprovechar el aire libre para compartir con los amigos o familiares.
La ropa usada en el invierno preferiblemente debería ser aquella fabricada con fibras naturales o sintéticas que aíslan el frío y la humedad. En esos días se debe dejar en el closet las telas de polyester y algodón.
No se pueden descuidar las extremidades y la cabeza, hay que cubrirles con gorros y sacos, pues la humedad puede ser perjudicial para la salud.
Durante el verano es necesario el consumo de mucho líquido. El calor en Madrid recrudecerá y la sensación térmica por lo general es mayor a los niveles que pueda marcar el termómetro, los cuales no bajan de los 37°, haciendo que la deshidratación sea protagonista en la sociedad.
Entre julio y septiembre no se exponga tanto al sol en las calles de Madrid, los rayos ultravioletas durante esos meses golpean incidentalmente a la capital española; en ese sentido especialistas en dermatología demandan el uso de protectores solares para evitar quemaduras en la piel que puedan acarrear lesiones severas hasta un cáncer.
En la primavera las casas de Madrid deben ser ventiladas al mediodía; es un buen consejo para prevenir el polen que deviene luego en las molestas alergias. También hay que hacer varios cambios de ropa durante el día para evitar que las partículas que se reciclan entren en contacto con las fosas nasales.
¿Cuál crees que es la mejor temporada del año para disfrutar los paisajes urbanos de Madrid? Deja tus comentarios.
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