“Cómo ayudar a nuestros hijos a integrarse en un nuevo país”; por @ElizabethReyesL

Después de ser por mucho tiempo un país receptor de inmigrantes, Venezuela pasó a ser uno de los países de Latinoamérica con las más altas cifras de emigración. Familias enteras han decidido dejarlo todo para empezar de cero en otro país, en donde puedan tener mejores oportunidades laborales, mejor educación para sus hijos y por su puesto mejor calidad de vida.

Una de las mayores preocupaciones de los padres que emigran con niños en edad escolar es cómo hacer que se integren a la nueva cultura, sin perder su esencia, es decir sin dejar de ser venezolano. Hay muchos casos en los que niños que se fueron del país antes de los cinco años, aun cuando ya hablaban su idioma natal, al empezar su vida con un idioma distinto, olvidaron hablar español.

Pero ¿cómo hacer para que el niño se integre fácilmente a la nueva cultura, sin olvidar sus raíces? Parece una tarea titánica, pero con mucho esfuerzo y dedicación se puede lograr.

La integración del niño a la nueva sociedad parte de la escuela, por lo que los padres deben prestar total atención y cuidado al lugar donde el niño recibirá sus clases. El objetivo es que se adapte al nuevo sistema escolar.

Cuando el niño llega nuevo a otro país, el trabajo debe estar enfocado en que se integre a un sistema escolar totalmente nuevo y diverso, y muchos padres sienten temor de que por ser extranjero no cuente con los recursos necesarios para incorporarse como uno más, es decir que haga amigos con facilidad y logre relacionarse con sus maestros y actividades escolares. Otro temor es que el entorno sea hostil para el niño y no le permita su integración, es decir cuando otros niños son capaces de discriminar a un compañero por ser de un país cultura diferente.

En este aspecto los padres y otros adultos importantes en la vida del niño son pieza fundamental para que logre su integración, por lo que se recomienda buscar ayuda con padres de otros niños extranjeros o especialistas para conocer la forma cómo se puede ayudar al niño.

El manejo del nuevo idioma es fundamental para que el niño se relacione con su entorno, y aprender la lengua que se habla en el nuevo país es la prioridad, por lo que se debe aprovechar al máximo el tiempo para dicho aprendizaje, poniéndolo en práctica mientras juega, ve televisión y lee.

Otro aspecto a tomar en cuenta son los recursos intelectuales, sociales, culturales, emocionales y académicos que el niño ya tiene, porque para una mejor adaptación es fundamental entender que no se está empezando de cero, y es entonces el momento clave para lograr esa adaptación al nuevo entorno, sin dejar atrás su esencia.

Es entonces cuando los adultos deben ayudar al niño a tener conciencia, además de sus habilidades, de sus raíces y de todo aquello que dejó atrás. El niño debe tener constante contacto con lo que representa sus raíces.

Los padres no deben caer en el error de comparar ambos sistemas, el anterior y el nuevo, y menos aún parcializarse por uno de los dos, porque esto confundirá al niño y hará mucho más difícil su adaptación.

Lo recomendable es ayudarlos a entender que hay diferencias, comprenderlas para que se integre pensando que se trata de una continuidad de su historia, y no se corra el riesgo de olvidar todo lo anterior, rompiendo con sus orígenes.

Para lograr esto es necesario que el niño mantenga contacto con sus familiares y amigos que se quedaron y con todo aquello que representa su origen. También buscar la manera de que entienda de que en casa se hablan dos idiomas, alternándolos para que el niño entienda que vive en una familia transcultural y no quiera olvidar todo su pasado.

Aunque parezca difícil es posible lograrlo, y así el niño que un día emigró de Venezuela, posiblemente regrese años después convertido en todo un profesional con habilidades y destrezas aprendidas en el nuevo país, pero con las mismas costumbres, idiosincrasia y alegría de vivir de los venezolanos.

Lcda. Elizabeth Reyes León  / @ElizabethReyesL en Twitter